

"La primera vez que oí hablar de Antonia fue en el despacho que su padre tenía en el edificio de la multinacional americana Woultmand & Starky. Recuerdo que el hecho de entrar en aquella estancia, lujosa y plagada de obras de arte, fue para mi algo parecido a traspasar los límites de mis sueños más inaccesibles…"




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