Después de disfrutar de la exposición de Matisse en el Museo Thyssen-Bornemisza, he comido el menú en el restaurante Paradís, en la planta baja del museo, y me ha gustado mucho. Se trata de un local sencillo y funcional, con una terraza que alivia las altas temperaturas con unos ventiladores que lanzan agua micronizada. De todas formas, yo he preferido el interior refrigerado, ya que estábamos a 40 grados a la sombra...El menú cuesta 14'45 € y me ha parecido delicioso. Consta de una degustación de tres primeros, un segundo a elegir entre tres o cuatro, un postre a elegir entre dos y la bebida. Estupendo.
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