Sevilla

Dos horas y media escasas de AVE, y nos esperaba un fin de semana fantástico en Sevilla:


La ciudad preciosa, como siempre:

Confiterías del centro. La Campana, San Buenaventura, Filella, Laredo...

El hotel, en esta ocasión, el Alfonso XIII, inmejorable:

Desayuno en la terraza del Alfonso XIII:

La habitación, de película...

Cena en la galería del hotel:

Picoteo previo:

Nidos de patata con caviar de salmón y holandesa gratinada:

Papillot de espárragos y setas de cardo:

Lomos de salmonete con verduritas fritas y en crema:

Canelones de salmón:

Foundí de chocolate con frutas:

Los ascensores del hotel, dignos de un anticuario:

El techo y las escaleras:

Comida en Enrique Becerra, al ladito de la Catedral y de la Plaza Nueva (todo andando desde el hotel, que está en pleno centro):

Patatas aliñás:

Gazpacho:

Ensalada de salmón y aguacate:

Jamón , jamón...

Carrilladas de puerco:

Raya en salsa:

Tocinillo de cielo, especialidad de la casa:

Los puentes del Guadalquivir, desde el barco que lo recorre:

La Torre del Oro (la de detrás, ja ja ja...):

Final de Avda de la Constitución:

Cena de tapeo en Santa Marta, a la vera de la Iglesia de San Andrés (fuimos a tomar caracoles y nos quedamos con las ganas, porque no había, pero la pena se nos pasó rápido):

Huevas:

Caña de lomo:

Tomate con melva:

Emperador a la plancha:

La Giralda de noche:

La Catedral:

En la terraza de la habitación del hotel. Lo hemos pasado de fábula...